domingo, 17 de octubre de 2010

El 13,5% de las gallegas con riesgo de cáncer no se hacen mamografías



El miedo al diagnóstico y la falta de señales ?de alarma, principales excusas para no someterse a la prueba
Son tres puntos menos que la media española, en una enfermedad que en el 2008 mató a 6.000 mujeres
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Un 16,4% de las mujeres entre 45 y 69 años, tramo de edad en el que existe mayor riesgo de desarrollar un cáncer de mama, no se hacen una mamografía, la medida más efectiva para prevenir esta enfermedad, que en el 2008 provocó la muerte de unas 6.000 mujeres en este país y que representa el tipo de cáncer más frecuente entre este colectivo.
Estos son datos de un estudio elaborado por el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), que revela que en Galicia este porcentaje de mujeres que no se hacen mamografías desciende hasta el 13,5%, tres puntos por debajo de la media nacional. Esta proporción está lejos del 4,7% de féminas del País Vasco de esta edad o del 5% de las navarras que no se someten a esta media de prevención. Pero también se aleja del 24,1% de las extremeñas o del 21,1 de las castellanoleonesas, y mucho más del 50% de las mujeres de este tramo de edad de Ceuta y Melilla.
Cada año se detectan en España 22.000 nuevos casos de cáncer de mama, lo que viene a ser una media de 44 al día. Y la mayoría de ellos son de los denominados no palpables, aquellos tumores que no se detectan con una simple exploración, que solo se ven en una mamografía.
Según los expertos, las principales excusas que ponen las mujeres para no participar en los programas de cribado de este mal son el miedo al diagnóstico, pues la mayoría aseguran que si les ha tocado sufrir un cáncer prefieren no saberlo, y la ausencia de señales de alarma sobre el problema, porque muchas creen que a partir de cierta edad existen menos riesgos.
Pérdida de credibilidad
Este estudio ha detectado una pérdida de credibilidad respecto al beneficio de las mamografías, debido a que muchas mujeres dicen conocer casos de otras a las que les fue diagnosticado un cáncer de mama poco después de realizarse una mamografía con resultado negativo.
Ninguna mujer alude al desconocimiento de la importancia de la prueba, pero relativizan su importancia o cuestionan los plazos. De hecho, el 5,4% de las encuestadas argumentan que desconocen cuándo tienen que comenzar a someterse a estas pruebas, por la falta de consenso que los especialistas y el sistema tienen sobre esta materia.
También hay las que aducen «trabas en el sistema» para el acceso a estas pruebas, como las demoras en las citas o los tiempos de espera. «Lo usual es realizar mamografías entre los 50 y 65 años, pero algunas comunidades autónomas empiezan a hacerlas a los 45 años y otras terminan a los 62. Esto crea confusión, y a ella se aferran algunas mujeres», afirmó Isabel Oriol, presidenta de la AECC, quien también reconoció que «hoy en día los programas de cribado están bien implantados».
El perfil de quienes rechazan someterse a esta prueba para prevenir una enfermedad que desarrolla una cada ocho mujeres a lo largo de su vida es el de una persona con un bajo nivel educativo y sociocultural y ocupada mayoritariamente en el cuidado de personas con discapacidad.
Entre las inmigrantes, solo seis de cada diez se someten a mamografías, siendo las africanas del norte las que menos se las hacen por cuestiones de índole religiosa.

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